Son transacciones de la propiedad de empresa u organizaciones. Permiten a las organizaciones aumentar y reducir su tamaño y cambiar su posición competitiva, por lo que son un aspecto de la estrategia corporativa.
Para ello es necesario un análisis en profundidad de las necesidades de la empresa y un planteamiento de las mejores opciones, es decir, ayudar a sus gestores a enfocar la estrategia en el corto, medio y largo plazo.