Por Eileen Turkot, Líder Regional de RSM Latin America
El año 2022 logra finalmente ponerse en marcha después de la ola de contagio de la variante Ómicron. América Latina tiene por delante grandes desafíos y oportunidades provocados por la propia pandemia. De acuerdo a la Comisión Económica para América y el Caribe, CEPAL, la región tendrá un crecimiento muy moderado comparado con el año pasado, mismo que se estima en el 2.1%. Esto mantiene una sintonía con el desempeño que se pronostica para la economía global en sí. Sin embargo, la región cuenta con una ventana de oportunidad que pondrá los reflectores del mundo de los negocios sobre ella: el boom de la cripto economía.
Los motores económicos de la región tendrán un desempeño bajo este año. El reporte preliminar de la CEPAL estima que Brasil, la economía más grande, será la que menos crezca con apenas un 0,5%. México, por su parte avanzará 2,9%, Colombia 3,7% y Chile 1,9%. De acuerdo al estudio presentado por dicha organización, “la recuperación de los países de la región dependerá, sobre todo, de la demanda interna, que en 2021 tuvo un repunte con el mayor consumo propulsado por los apoyos en efectivo implementados por los gobiernos para sortear la emergencia del COVID-19 y por las remesas, que crecieron un 30%”.
En este sentido será imperativo aplicar medidas para controlar la inflación y no frenar el crecimiento. Seguramente las autoridades monetarias deberán hacer un uso estratégico de todos los instrumentos a su alcance, además de las tasas de interés. El informe también apunta a incrementar los niveles de recaudación y mejorar los esquemas tributarios.
En 2021, 11 países de América Latina y el Caribe lograron recuperar los niveles de PIB previos a la crisis. En 2022 se agregarían otros tres, con lo que se alcanzaría un total de 14 países de los 33 que conforman la región.
Pero 2022 tiene reservado para América Latina el segundo capítulo de una historia que inició en 2021 con la aprobación de la criptodivisa en El Salvador como moneda de curso legal. La medida abrió el debate en la región, y también las oportunidades.
Con más de 455 millones de usuarios de internet actuales y una proyección de crecimiento más alta que en cualquier otra parte del mundo, los latinoamericanos buscan en las soluciones tecnológicas actuales inclusión financiera y digitalización de servicios. Esto abre un mercado de posibilidades enorme para las empresas regionales y globales que deseen desarrollar y captar estas oportunidades antes que nadie.
Para millones de latinoamericanos la criptomoneda representa una manera rápida de recibir recursos enviados por familiares que trabajan en el exterior. De acuerdo a las últimas cifras publicadas por Chainanalysis, cuatro países de la región – Venezuela, Argentina, Colombia y Brasil - se encuentran entre los 20 primeros en realizar la mayor cantidad de operaciones de criptodivisas.
Esto tiene una explicación lógica. Según el Banco Mundial, el mercado formal de remesas en América Latina ronda los 96 mil millones de dólares. Históricamente los servicios tradicionales de envío de dinero han conllevado altas comisiones, tipos de cambio desfavorables, horarios limitados, tiempos largos de transmisión y límites de montos diarios. Sin embargo, con la aparición de las criptoremesas se abrió una nueva oportunidad dado que utilizan otro tipo de cambio como referencia y no tienen comisiones ni límites de transferencias. Es así que, dadas las condiciones de mayor velocidad y facilidad para transferir dinero, las criptoremesas se vuelven una opción más viable.
Es importante considerar que las barreras de entrada para las criptomonedas en muchos países de América Latina suelen ser menores que las de formas tradicionales de gestión financiera. Tengamos en cuenta los siguientes datos. Aproximadamente la mitad de la población latinoamericana no tiene acceso a servicios bancarios básicos. En cuanto a tarjetas de crédito, solo 113 millones de 650 millones poseen al menos una. El Banco Mundial informa que el 55% de los adultos de la región tiene un teléfono móvil y acceso a internet. Esto es 15 puntos porcentuales más que la media de países en desarrollo. Si cruzamos esta información, entenderemos porqué una población no bancarizada con acceso a wifi tiende a sumergirse en la criptomoneda más que en una cuenta corriente.
En síntesis, donde antes había un sentimiento generalizado de prohibir las criptomonedas, la opinión predominante en la mayoría de los países se ha movido hacia la regulación. Esto abre un sinfín de posibilidades a futuro y ya estamos viendo los primeros cambios e iniciativas regionales. Solo es cuestión de tiempo.
En RSM Latin America conocemos las inquietudes de nuestros clientes y la permanente búsqueda de crecimiento para sus negocios. Tenemos un interés genuino por sus proyectos a futuro y contamos con los especialistas de mayor nivel tanto en la región como en el resto del mundo para asesorarlos y guiarlos a avanzar con confianza.