Por Eileen Turkot, Líder regional de RSM Latin America
Hace algunas semanas tuve la inigualable oportunidad de ser testigo de cómo Rafa Bravo, Director de Proyectos Especiales de RSM México y nadador de aguas abiertas, cumplía su sueño de cruzar los 20 Puentes de Manhattan en un nado de 48.5 kilómetros y poco más de nueve horas.
En mi rol como Líder Regional de RSM Latin America pude seguir a Rafa durante su proceso de preparación y presenciar esta hazaña el mismo día del nado. Al reflexionar sobre este gran éxito, puedo considerar algunas de las grandes lecciones que los deportes le pueden enseñar al mundo de los negocios.
Transformación valiente
Si bien Rafa había participado en competencias de alto rendimiento anteriormente, prepararse para los 20 Puentes de Manhattan requirió una transformación física y mental mucho más profunda. Pasar de nadar 14 km a 48.5kmes un salto monumental. Tanto en los deportes como en los negocios, nos enfrentamos al desafío del desarrollo personal continuo y alcanzar nuestra máxima capacidad para lograr los objetivos. En ambos mundos es necesario establecer una estrategia, imponernos una disciplina de trabajo, medir resultados, realizar cambios en el statu quo, equivocarnos, aprender de ellos y volverlo a intentar. No fue cosa menor. Rafa inició su preparación para el primero de los tres desafíos de la Triple Corona ocho meses antes de la competencia. Nadó más de 800 kilómetros durante sus entrenamientos con tal de encontrar la brazada perfecta.
Fortaleza mental
Los deportistas y líderes de negocios tienen la tarea de establecer y alcanzar metas ambiciosas. Para lograrlo muy frecuentemente se necesita trabajo en equipo. Los líderes deben adquirir nuevas habilidades para inspirar y motivar a otros a los demás y muy frecuentemente lo hacen demostrando su propio compromiso y pasión. Esa es la fuerza mental que a menudo se requiere para ejecutar proyectos de gran impacto a pesar de las circunstancias.
Durante su entrenamiento, Rafa aprendió a controlar sus emociones y pensamientos para afrontar los momentos difíciles durante las más de nueve arduas horas que le tomó completar el nado. Lograr esta hazaña trajo momentos de duda e incomodidad y claró está, dolor físico, a medida que presionaba a su cuerpo y su mente como nunca antes. Sin embargo, la experiencia de los entrenamientos y la guía de sus coaches se harían sentir.
Tras cinco horas de haber iniciado su trayecto comenzó a sentir un dolor muy fuerte en el hombro derecho y dudó en cómo seguir. Al escucharlo reflexionar sobre ese momento simplemente no salgo de mi asombro. Me dijo “Dejé de concentrarme en ese dolor. Cambié en mi mente la incomodidad que sentía en cada brazada. Recordé todas las herramientas aprendidas durante los ocho meses y poco a poco desapareció el dolor. Cuando pensé que lo había superado, el mismo dolor comenzó del lado izquierdo, como si me persiguiera. Volví a empezar con mi rutina mental, no me iba a dejar vencer. Afortunadamente, lo hice desaparecer una vez más para poder seguir con mi trayecto”.
Quizás podría decirse lo mismo para los negocios. Si tenemos procesos robustos, controles y entrenamientos para asegurarnos de proteger y nutrir nuestras mejores mentes e ideas, podemos superar las barreras físicas y resolver los obstáculos que nos separan de alcanzar nuestras metas.
Adaptarse para prosperar, no para sobrevivir
Creo que con el Covid-19 todos nos hemos graduado con honores en esto de la adaptación. Sin embargo, durante los últimos 18 meses algunas empresas y líderes se sintieron atrapados por este nuevo mundo en permanente cambio en el cual operamos hoy.
Durante la pandemia muchos sectores económicos e innumerables empresas perdieron su oportunidad por no reconocer los cambios que se producían a su alrededor. Demostraron poca agilidad y se quedaron en el camino. Otras en cambio, supieron subirse a la ola. Igual que Rafa.
Comentando sobre su experiencia, continuó: “Cuando entré al río Hudson había olas de casi dos metros y viento en contra. Las olas me levantaban y al momento de caer mi brazo no encontraba el agua, por lo que tuve que cambiar mi ritmo. Comencé a hacer pausas esperando el descenso de la ola y recién después me activaba. Cambié drásticamente mi brazada. El río me sacudió de mi monotonía. Eso me ayudó a reenforcarme, dejar de pensar en el dolor y con los minutos hasta me empecé a divertir”.
Siempre esfuérzate más
La esencia de los negocios y de los deportes es el espíritu competitivo. ¿Cómo puedes pensar en permanecer en la cima si no mejoras cada día? Hacer el compromiso de adquirir nuevos conocimientos y habilidades es un imperativo para tener éxito en los dos ámbitos Esto me quedó muy claro cuando a dos horas de haber finalizado las poco más de 9 horas de nado un Rafa exhausto me dijo “ahora me toca concentrarme en el cruce del Canal de Santa Catalina que tendrá lugar en 2022, y es un nado de 12 horas en la noche”.
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