Key takeaways:

Los ciberataques a empresas públicas y privadas en Centroamérica han crecido exponencialmente durante los últimos años y Costa Rica, Guatemala y El Salvador son los países que más están sufriendo de la ciberdelincuencia.
Las consecuencias de un ataque cibernético no solo deben medirse en términos financieros para la empresa, sino reputacional y de crecimiento para la organización y hasta los países en general.
La buena noticia es que durante los últimos años han surgido iniciativas gubernamentales, educativas privadas y empresariales para capacitar a profesionales de la región para hacer frente a este problema.

Durante los últimos tres años Centroamérica ha visto crecer de manera exponencial el número de ataques cibernéticos a las empresas privadas y públicas. Tan solo Costa Rica sufrió más de 251 millones de ataques en un año.

En la era digital en la que vivimos, los ciberataques se han convertido en una amenaza constante para individuos, empresas y gobiernos. De acuerdo con la publicación WeLiveSecurity, el 69% de las organizaciones latinoamericanas sufrieron algún incidente de ciberseguridad en el último año. Dentro de los países con el mayor porcentaje de detecciones de códigos maliciosos se encuentran, nuevamente, Costa Rica con un 7.2%, Guatemala 5.2% y El Salvador 5.1%.

Estos incidentes no solo causan daños económicos evidentes, sino que también tienen un impacto mucho más profundo en la economía de Centroamérica y en la seguridad de la región en su conjunto. En este artículo, exploraremos el costo real de un ciberataque, yendo más allá de las cifras para comprender el verdadero alcance de este problema. Además, destacaremos la importancia de contar con servicios de ciberseguridad de calidad para proteger nuestras infraestructuras y economías.

Los ciberataques en Centroamérica

Los ciberataques en esta zona del mundo varían en su naturaleza: desde ataques de ransomware que cifran datos y exigen rescates, hasta ciberespionaje que compromete la seguridad nacional. Todos podremos recordar como en 2022 un ciberataque masivo paralizó por casi un mes y medio los sistemas de TI del gobierno de Costa Rica sustrayendo al menos un terabyte de datos del gobierno. Los perpetradores exigían un rescate de USD 10 millones de dólares. Es de imaginarse que las pérdidas fueron estratosféricas. Estos grupos organizados operan a nivel mundial y no reconocen fronteras, lo que hace que ningún país esté inmune a estas amenazas.

El costo económico directo de un ciberataque es a menudo el aspecto más visible. Esto incluye pérdidas financieras inmediatas, gastos en restauración de sistemas y pérdida de ingresos debido a interrupciones en las operaciones comerciales. Los números pueden ser asombrosos: se estima que el costo de los ciberataques a nivel global alcanza los USD 11.5  trillones en 2023 de acuerdo al World Economic Forum. Sin embargo, esta es solo la punta del iceberg.

Los ciberataques pueden afectar gravemente el desarrollo económico de los países centroamericanos. La región se ha esforzado por atraer inversión extranjera y promover el crecimiento económico. Sin embargo, la falta de seguridad cibernética puede ahuyentar a inversionistas potenciales, lo que afecta el crecimiento económico a largo plazo y la creación de empleo. Pero al parecer, poco a poco la región ha ido aprendiendo las lecciones del pasado. Tan solo en Honduras la plataforma Chegg ofrecerá capacitaciones de ciberseguridad a 100.000 jóvenes adultos. Universidades como Fidélitas en Costa Rica inauguraron las carreras de Ingeniería en Seguridad Informática en respuesta a la demanda del mercado local. Por su parte, la Organización de Estados Americanos (OEA) inició en 2021 en Panamá programas de capacitación en ciberseguridad que se han ido extendiendo en otros países de la región.

Servicios de ciberseguridad cada vez más sofisticados en Centroamérica

En este contexto, la importancia de contar con servicios de ciberseguridad confiables no puede subestimarse. La actualidad impone pensar de manera integral en la protección de datos y sistemas integrando ejercicios exhaustivos de: 

  1. Evaluación de riesgos: Para identificar las vulnerabilidades y riesgos específicos de cada organización, permitiendo una estrategia de seguridad adaptada a las necesidades individuales. 
  2. Monitoreo continuo: Contar con un monitoreo 24/7 para detectar y responder a amenazas en tiempo real, que permitan minimizar el tiempo de inactividad y los daños potenciales.
  3. Educación y concientización: La formación del personal es esencial para prevenir ciberataques. Proporcionar capacitación en seguridad cibernética de manera periódica para garantizar que los colaboradores estén preparados, es fundamental 
  4. Respuesta a incidentes: En caso de un ciberataque, es vital contar con asistencia experta en la gestión de incidentes para minimizar el daño y la pérdida de datos.

El costo real de un ciberataque en Centroamérica va mucho más allá de las pérdidas financieras. Impacta en el desarrollo económico, la seguridad nacional y la confianza de los inversionistas. La inversión en servicios de ciberseguridad de alta calidad se ha convertido en una necesidad urgente para proteger nuestras infraestructuras y economías de la creciente amenaza cibernética. La prevención y la preparación son las claves para garantizar un futuro digital más seguro en la región.

Al comprender plenamente estas dimensiones, podemos trabajar juntos para fortalecer nuestras defensas y proteger lo que es verdaderamente valioso en este mundo conectado. La seguridad en línea es una responsabilidad compartida, y todos debemos jugar nuestro papel en esta partida digital para mantenernos a salvo y proteger nuestro futuro digital. En RSM podemos ayudar a su negocio a encontrar la mejor solución.

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