Publicado en El País

 

Hace años que la tradición de hacer regalos durante las fiestas navideñas se coló en las empresas, que en estas fechas suelen agasajar a sus mejores proveedores o clientes con unos vinos o dulces típicos, una entrada al fútbol o un jamón, entre otros obsequios. Pero, ojo con este intercambio de detalles porque, en algunos casos, tiene consecuencias. 

Posible despido por aceptar regalos

Y es que las compañías pueden amonestar e, incluso, despedir a un empleado por aceptar un regalo excesivo. Además, si el gesto se hace para conseguir un trato de favor, puede incurrirse en un delito de corrupción, o de soborno si hay de por medio un funcionario.

No existe una regla de oro para saber si el regalo que ha llegado a la oficina o a casa por Navidad debería de rechazarse por sospechoso, aunque su valor económico o excepcionalidad pueden servir de guía tanto para el que lo da como para el que lo recibe. Como explica María Jesús Hernández, socia de RSM, especialista en penal económico y corporate compliance (conjunto de buenas prácticas de las que se dota una organización para cumplir con la legalidad), “no hay un criterio unificado de los límites cuantitativos, pero, se entiende que están admitidos todos los que se encuentren dentro de los usos sociales, de cortesía, y que tengan un valor mínimo”.

 

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