Conclusiones clave:
El mercado eléctrico centroamericano es un mercado interesante y lleno de oportunidades que surgen del crecimiento económico y poblacional de los países que lo conforman, la interconexión eléctrica e incluso, de los desafíos que enfrenta la región para adaptarse a los cambios globales.
En los países centroamericanos, al igual que en otras partes del mundo, el estado y la iniciativa privada están involucradas en la generación, transmisión y distribución de electricidad. La mayor parte ya han liberalizado sus mercados o parte de ellos, permitiendo la participación de actores privados y fomentando la competencia para mejorar la eficiencia y la oferta. Así, la participación estatal suele ser significativa en la generación y transmisión de energía, con empresas públicas a cargo de plantas hidroeléctricas y térmicas y líneas de transmisión y subestaciones principales.
Por su parte, las empresas privadas, nacionales e internacionales desempeñan un papel crucial en el desarrollo de proyectos de energías tradicionales o renovables, como solar, eólica, geotérmica y biomasa. La gran mayoría de los desarrollos inician con un contrato de potencia y energía o energía generada otorgado por el gobierno, las distribuidoras de energía y en menos casos, consumidores finales. Existen algunos proyectos que se lanzan al mercado de oportunidad y buscan aprovechar coyunturas en la demanda de energía y sus precios.
Electricidad sostenible e interconectada
Aunque cada país tiene sus propias regulaciones, existen esfuerzos de integración en distintos ejes coordinados por medio del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Algunos de los logros de la integración son la Unión Aduanera y la Declaración Única Centroamericana. Otras iniciativas de integración, en particular en el ámbito de la energía eléctrica, incluyen el Mercado Eléctrico Regional (MER) y el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) que permiten la interconexión de seis de los países de la región (Belice no se encuentra interconectado en la actualidad) por medio de una línea de transmisión de 1,793 kilómetros de longitud y operado por un Ente Operador Regional (EOR).
Todos los países de la región han confirmado sus compromisos con la sostenibilidad, la reducción de la huella de carbono y la evolución hacia una matriz energética con mayor participación de renovables no tradicionales. Esto quedó asentado en la aprobación del estatuto de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA)- una agencia establecida para promover una adopción mayor y generalizada del desarrollo sostenible a través de la energía renovable.
Otro elemento que también resulta interesante es que la región es atractiva para las inversiones de entidades multilaterales, entidades de desarrollo y grupos económicos que pudiesen ofrecer tasas de interés que viabilicen los proyectos y reduzcan el riesgo para los inversionistas. Claro, esto es accesible, para aquellos que operan con estándares de clase mundial y tienen fuertes compromisos con el Ambiente Natural, Social y la buena Gobernanza.
¿Desafíos? Muchos, pero también son oportunidades
Uno de los principales desafíos que enfrenta SICA es la diversidad de intereses y niveles de desarrollo entre los países miembros. Esta diversidad puede obstaculizar la coordinación de políticas comunes y generar desequilibrios económicos y sociales dentro de la región. Sin embargo, también representa una oportunidad para fortalecer la cooperación regional y promover un desarrollo equitativo y sostenible que beneficie a todos los países y comunidades.
Además, la región centroamericana ha experimentado conflictos internos y problemas de gobernabilidad, lo que ha socavado la estabilidad regional y dificultado la implementación efectiva de medidas de integración. No obstante, los esfuerzos de integración pueden contribuir a la construcción de la paz y la reconciliación en la región, abordando las causas profundas de los conflictos internos y promoviendo una cultura de paz y diálogo.
La dependencia y la influencia de potencias externas también representan un reto relevante para la integración del SICA, limitando la autonomía y la capacidad de autogestión de los países. Aunque por otra parte la integración regional puede fortalecer la autonomía y permitir a los países reducir su dependencia externa, promoviendo una agenda de desarrollo propia y sostenible.
Así también, la falta de infraestructura adecuada y la vulnerabilidad de la región ante desastres naturales y el cambio climático son desafíos importantes. Es así como la inversión en infraestructura resiliente y sostenible representa una oportunidad de desarrollo al mejorar la conectividad regional, impulsar el comercio y la inversión, y fortalecer la capacidad de adaptación de la región.
Desde nuestra perspectiva y experiencia, en RSM vemos como un elemento fundamental que las empresas interesadas en participar en este desafío de integración reconozcan como una necesidad imperativa el adoptar prácticas empresariales sostenibles y éticas. Mejorar el desempeño Ambiental, Social y de Gobierno (ASG) es clave para contribuir de manera significativa al proceso de integración regional. Es decir, para promover a partir de él, un desarrollo más equitativo, inclusivo y sostenible en la región. Fortalecer la cooperación regional, promover la paz y la reconciliación. Trabajar hacia la autonomía y la sostenibilidad y construir un futuro más próspero y pacífico para todos los habitantes de Centroamérica debe ser una meta por alcanzar. Aprovechar estas oportunidades requerirá un compromiso continuo por parte de los países miembros del SICA, así como la colaboración con organizaciones internacionales y otros actores regionales.
Si desea profundizar en estas oportunidades, por favor contacte a Luis Arturo Orellana o Paola Piña.