Parece que ESG está en la mente de todos. El término se refiere a un conjunto de estándares corporativos en torno al comportamiento ambiental, social y de gobierno (ESG hace referencia a Environmental, Social and Governance, y sus siglas en español son ASG, por Ambiental, Social y Gobernanza), con el objetivo de fomentar la sostenibilidad, la transparencia y la responsabilidad en todos los niveles de la organización. El movimiento está siendo impulsado en parte por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas para 2030, pero también por un cambio en la percepción pública sobre el papel que desempeñan las empresas en la transformación social y cultural.
En los próximos años, ESG probablemente desempeñará un papel importante en la evolución de muchas de las economías del mundo. El marco ESG ya está ganando terreno en Europa, América del Norte y el este de Asia; y tanto los gobiernos como las empresas están comenzando a incorporar estas consideraciones en el proceso de toma de decisiones y gestión de riesgos para prestamistas, inversores e instituciones financieras.
Una región que no ha logrado seguir el ritmo de las demás es América Latina. Como gran parte del mundo en desarrollo, América Latina fue devastada por la pandemia de COVID-19 cuando sus motores económicos se detuvieron y los disturbios civiles amenazaron la infraestructura social. Dado que ESG será un factor importante para atraer inversiones internacionales en el futuro previsible, la necesidad de que las empresas latinoamericanas incorporen los principios ESG es aún más apremiante.
En esta serie de artículos, los especialistas de RSM, Juan Pablo Montero, RSM Argentina; Óscar Bobadilla, RSM Colombia; Marcelo Conti, RSM Brasil; y Paola Piña, RSM Chile, comparten sus conocimientos expertos sobre el estado actual de la adopción de ESG en América Latina y lo que las empresas pueden hacer para liderar el cambio que se necesita.