Con gran partede su demanda de energética cubierta por energías renovables y una inflación anual que proyecta bajar al 3.8%, América Latina inicia un año crucial con estimaciones de un crecimiento del 2.3% en 2024, de acuerdo con datos del Banco Mundial. El organismo señala en su informe que si bien los efectos de la restricción monetaria seguirán afectando el crecimiento a corto plazo, su impacto se irá atenuando poco a poco. A medida que la inflación disminuya, los bancos centrales podrían bajar las tasas de interés, reduciendo así los obstáculos para el aumento de la inversión.
Recuperación lenta pero segura
Como siempre, el contexto global y la alternancia política en América Latina juegan un papel fundamental en el tramado del devenir de la región. La llegada de nuevos gobiernos hacia fines de 2023 y las precampañas presidenciales en la región han puesto a la transición energética en el centro de la conversación como un factor de suma importancia que podría detonar el crecimiento.
Argentina por ejemplo está explorando la producción de hidrógeno bajo en emisiones con inversiones de más de 90 millones de dólares. Además de establecer un marco regulatorio propicio, esto podría generar un estimado de 82 mil puestos de trabajo nuevos. Esto apoyaría las estimaciones del Fondo Monetario Internacional que indican que Argentina tendrá un año de fuertes ajustes económicos y que apenas podrá ver un crecimiento del 5% recién en 2025.
Tanto Colombia como Chile parecieran iniciar una trayectoria de crecimiento durante los próximos 12 meses que alcanzaría el 3% y 2,3% respectivamente el año que viene. Ambos países son protagonistas del panorama eólico y solar en América Latina que año con año han visto el incremento en las inversiones de este sector.
Por su parte, debilitado por la desaceleración de Estados Unidos, el crecimiento de México será del 2,6 % en 2024. Sin embargo, su economía se mantendrá dinámica. Esto gracias a las oportunidades que el entorno del nearshoring y la maquila (un vehículo para las fábricas mexicanas propiedad de empresas extranjeras que permite la importación libre de impuestos y aranceles de materias primas, maquinaria y equipo) están brindando a la cadena de suministro. Todo esto mientras aguardamos la elección de su nuevo presidente a mediados de año.
Apoyado en el aumento de la producción minera y de hidrógeno verde, Perú podría recuperarse de la contracción de 2023, con un crecimiento estimado del 2,5 % en 2024.
Los países de Centroamérica se encuentran en un momento crucial de integración energética que podría detonar múltiples proyectos en el sector eléctrico, impactando de manera directa en el crecimiento de la zona, que según el Banco Mundial estaría rondando el 3,7 %.
Transición verde
Un factor que podría impulsar el crecimiento y el empleo en América Latina es un mayor desarrollo de las energías renovables si los gobiernos de la región así se lo proponen. Dicho esto, la región ya está logrando avances positivos en esta área. Un informe reciente realizado por la Agencia Internacional de Energía afirmó que “los combustibles fósiles representan alrededor de dos tercios de la combinación energética de la región, considerablemente menos que el promedio mundial del 80%, gracias a la participación del 60% de las energías renovables en la generación de electricidad. La energía hidroeléctrica por sí sola representa el 45% del suministro de electricidad en la región”. Según mis conversaciones con los Socios de RSM en Centroamérica, los planes de integración eléctrica en América Latina están tomando cada vez más impulso, generando con ello oportunidades para empresas locales e internacionales.
A su vez, la región alberga entre Argentina, Bolivia, Brasil, Chile y México una envidiable reserva de litio a nivel mundial. La producción de este mineral, clave para la movilidad de autos eléctricos, se encuentra aún en sus primeras fases, aunque Chile muestra ya un importante camino recorrido en la materia y Argentina no se queda atrás.
No es de extrañar entonces que en RSM veamos amplias posibilidades para la implementación de estrategias ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) que creen valor duradero y confianza a través de la sostenibilidad en la región. Según Perspectivas Económicas de América Latina 2023 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), “en un escenario en el que las inversiones en sectores verdes aumenten 3 puntos porcentuales anualmente, la creación neta de empleo adicional podría alcanzar el 10,5% para 2030” - Esto incluye un aumento previsto de empleos verdes/centrados en la sostenibilidad en muchos sectores, como la fabricación de alimentos, la construcción, el transporte y el comercio sostenibles.
Y es que el cambio climático y los conflictos armados en todo el mundo prometen con infringir graves disrupciones en la cadena de suministro global. Los ataques en el Mar Rojo (que posteriormente afectaron al Canal de Suez) y el bajo nivel de agua con que opera actualmente el Canal de Panamá obligarán a los gobiernos y a las empresas a asumir su rol para construir un mundo más sostenible y crear nuevas alternativas. No es casual que América Latina se encuentre actualmente haciendo inversiones millonarias en la construcción de canales secos que permitan reactivar el comercio entre países abriendo oportunidades para la generación de nueva infraestructura, trabajo y bienestar.
América Latina tiene una gran oportunidad enfrente y los profesionales de RSM se encuentran a su lado para ayudar a las empresas de la región a abrazarla y a avanzar con confianza en un mundo de permanente cambio.
Si desea saber más sobre cómo RSM puede ayudar a su empresa, no dude en ponerse en contacto.