Para aquellos que no lo conocen, Rafa Bravo es Director de Proyectos Especiales en RSM México y ha sido parte de RSM desde hace 11 años. Fuera del trabajo, Rafa también se ha dedicado a la práctica de nado en aguas abiertas por más de 25 años.
En 2020 decidió ir por la Triple Corona – una trilogía de desafíos de nado alrededor del mundo - nos dimos cuenta de que acompañarlo en su viaje de coraje y disciplina sería también para todos nosotros un gran aprendizaje y trabajo en equipo. Seguir sus brazadas para verlo lograr en 2021 el desafío de los 20 Puentes de Manhattan nos enseñó sobre el poder de la resiliencia y el saber adaptarse a las señales del entorno.
El pasado 7 de julio a las 11 de la noche Rafael, inició su intento por cruzar el Canal de Santa Catalina en California buscando completar el segundo desafío de la Triple Corona. Después de 4 horas y media (12.2 kms) de nado a buen ritmo y velocidad, presentó un cuadro de deshidratación que le impidió seguir avanzando y por cuestiones de salud y seguridad decidió que lo mejor sería abandonar la prueba.
“Aunque en una primera instancia tenía el deseo de querer seguir adelante pese a las condiciones en las que me encontraba, lo mejor para mí era abandonar el nado. Alguna vez alguien me dijo, si la mar hunde flotas que no me hará a mí. Lo cierto es que siempre sobreviene la resiliencia y las ganas de volverlo a intentar. De este nado aprendí mucho más que de cualquiera de mis nados exitosos”, comentó Rafa Bravo a pocas horas de haber salido del agua el 8 de julio. Y es que tanto en la vida, como en nuestra profesión contable, es extraño lograr grandes hazañas sin aprendizajes de por medio.
Hoy, tras haber abandonado un nado por primera vez en más de dos décadas, Rafa tiene la mirada puesta en 2023 para volverlo a intentar. Me acerqué a él para conversar sobre Santa Catalina y una vez más sus respuestas fueron tan interesantes que pensé en compartirlas con todos ustedes.
Ahora que han pasado algunas semanas desde Santa Catalina, ¿qué fue lo que pasó?
RB: Una mala decisión de última hora se convirtió en un gran error al paso de las horas. Estos nados permiten pausas de solo 30 segundos para tomar suministros de carbohidratos y electrolitos y así evitar el riesgo de hipotermia. Normalmente solía tomarlos en una relación de 2:2 pero en esta ocasión, debido a la exigencia del nado mi Coach sugirió cambiarlo a 3:1. Sabía que mi cuerpo no estaba acostumbrado a eso, pero cedí. Y ese fue mi error, no confiar en mi voz interior. A las dos horas de iniciado el nado comencé a vomitar de manera continua. A pesar de ello seguí nadando por dos horas y media más lo que me provocó una deshidratación severa.
¿Qué pasó por tu mente cuando era evidente que tenías que tomar una decisión drástica?
RB: A dos horas de iniciado el nado empecé a sentirme mal y comencé a aplicar todas las técnicas mentales y de meditación que he practicado durante estos meses de entrenamiento: introspecciones, visualizaciones, auto diálogo y hasta ponerme a cantar. Continué nadando a medida que sentía que mis brazos y mis piernas se estaban acalambrando, mis músculos se entumecieron y comencé a sentir el cambio de temperatura en mi cuerpo y por ende el riesgo de hipotermia más cercano. Mis brazadas bajaron de 58 a 42 por minuto y mi ritmo cardíaco subió por la exigencia del nado. Si bien es cierto que tienes que aprender a leer las señales del mar para adaptar tu nado, también tienes que leer tus propias señales. En ese momento comprendí que el único experto en mí, soy yo. Y nadie puede cambiar eso. Esas dos horas de resiliencia y de seguir luchando me dieron la oportunidad de hacer las paces con la idea de abandonar por mi integridad y seguridad, al tratarse de uno de los deportes considerados más extremos que se practican en el mundo.
¿Cómo viviste ese proceso interno a medianoche en el mar?
RB: La sensación de nadar durante la noche es algo inigualable. Si nadando normalmente tengo la sensación lo más cercano a volar, en medio de la inmensidad del océano y la oscuridad total, me sentí indefenso, Al inicio había luna creciente y solo podía ver la pequeña luz del kayak. A partir de la una de la mañana fue una oscuridad total. A pesar de sentirme muy mal pude nadar esas dos últimas horas gracias a la fuerza mental que traía adentro y por la emoción tan grande de estar nadando en plena oscuridad en un ambiente tan poco controlable como es el mar. Ahí comprendí que mi error sería totalmente controlable la próxima vez. Sí, la próxima vez. Porque estoy convencido de que la vida te da segundas oportunidades. Fue una decisión tomada desde el pensamiento crítico, la madurez y la sensatez.
Después de esta experiencia, ¿cuál consideras que es la clave para superar los obstáculos?
RB: Al final todo se reduce a “Ganar o aprender, nunca ser derrotado”. Este nado me ha dejado un aprendizaje enorme en todos los sentidos. Físico, mental, de madurez y de compañerismo. Al verlos a ustedes después del nado sonriendo y abrazándome, diciendo “Vamos por el 2023”, comprendí que todo lo que había procesado en el medio del mar la noche anterior era cierto y que fue la mejor decisión. La confianza de tomar una decisión madura y honesta te da la fuerza para seguir adelante y superar los obstáculos.
El deporte tiene grandes lecciones para compartir con la vida personal, profesional y los negocios. La experiencia de Rafa nos permite comprender que en ocasiones está bien buscar crecer y no lograr el objetivo, pero solo para volverlo a intentar habiendo capitalizado todos los aprendizajes del camino y acompañado de un equipo que nos apoya y alienta a seguir adelante.
Un grupo de Socios y colegas de RSM México, RSM US y RSM Latin America viajaron a Los Ángeles para apoyar a Rafa y desearle la mejor de las suertes durante esta hazaña. “El solo hecho de haberlo intentado lo hace ya ganador”, comentó Alfonso Elías Bornacini, Presidente del Consejo de Directores de RSM México. “Cualquier cosa que valga la pena lograr viene con desafíos, y superar esos desafíos nos hace más fuertes. El coraje de perseverar es lo que nos distingue. ¡Vamos a por 2023, Rafa!”, comentó Eileen Turkot, Líder regional de RSM Latin America.