Muchas empresas pueden alarmarse al oír la palabra “auditoría”, pero ésta es necesaria ya que contribuye a mejorar los procesos y saber si todos los esfuerzos de una empresa por crecer, generar rentabilidad, etc. están funcionando. Las grandes compañías lo saben, por eso no solo cuentan con un auditor interno, sino también con uno auditor externo. Aunque hay muchas similitudes entre uno y otro, como por ejemplo las técnicas que se emplean y los aspectos que se analizan, hay algunos puntos que los distancian:
¿Qué es una auditoría interna?
La auditoría interna, por lo general, es realizada por un empleado de la misma empresa. Como tal, lo que el auditor interno emita como resultado de su análisis será útil para las autoridades del negocio. Ésta se solicita a pedido y responde a los intereses particulares de cada empresa, en otras palabras su realización no es obligatoria, pero sí necesaria. Tras emitir el informe, el auditor podrá proporcionar, a quien solicitó la evaluación, una serie de recomendaciones para mejorar los procesos internos.
¿Qué es la auditoría externa?
Ésta la realiza un auditor externo, es decir alguien que no trabaja en la empresa auditada. Al no trabajar en la empresa se espera de él una visión más objetiva de la situación financiera real de la compañía. Los informes de una auditoría externa, a veces, se proporcionan con el interés de brindar esta información a un ente fuera de la empresa. Por eso las auditorías externas suelen ser útiles para, por ejemplo, solicitar un préstamo para la empresa, también lo son para cuando se quiere captar nuevos inversores, etc.
Diferencias entre auditoría interna y externa
La primera diferencia clara es que las auditorías internas no son obligatorias, mientras que las externas sí para empresas que cotizan en bolsa y empresas de un cierto tamaño. En contraste con las auditorías internas que se hacen por necesidades particulares de la empresa, las externas, de llegarse a encontrar irregularidades, pueden tener consecuencias legales y es que el informe final de una auditoría externa va –generalmente- a terceros, como por ejemplo una entidad fiscalizadora.
Lo recomendable es que toda empresa sea auditada al menos una vez al año. De esa manera tendrá un mejor control de sus procesos. Pese a que las auditorías internas son hechas por auditores que trabajan para la misma empresa, si una compañía no cuenta con auditores, puede tercerizar el servicio, de esa manera tendrá una visión clara e imparcial de los procesos que necesite analizar.
Tanto si se quiere realizar una auditoría interna como una auditoría externa, RSM cuenta con el equipo multidisciplinario necesario para poder realizar el debido control de los procesos de tu empresa, así como analizar los estados financieros de tu organización.