Publicado en Emprendedores

 

Javier Cavero, manager de ESG y Sostenibilidad firma un artículo para Emprendedores en el que habla sobre como la Unión Europea está avanzando contra el ‘greenwashing’, las  implicaciones que conlleva y cuáles son las buenas prácticas que hay que aplicar en materia de transparencia y sostenibilidad en las empresas.

Además, advierte de los riesgos del greenwashing o 'ecopostureo' y enumera las medidas que la Unión Europea está tomando para luchar contra estas prácticas engañosas o de dudosa fiabilidad.

Durante los últimos cinco años, hemos sido testigos de la mayor integración de la sostenibilidad en nuestra sociedad, no solo a nivel empresarial sino en el vocabulario del día a día, a través de los productos verdes, sostenibles, y el aumento del marketing y publicidad en los diferentes canales de comunicación.

 

Greenwashing o Ecopostureo

 

La incorporación de los términos ‘eco’, ‘sostenible’, ‘verde’, ‘comercio justo’…, que nace como respuesta a una demanda creciente de productos sostenibles ha derivado en la aparición de prácticas engañosas o de dudosa fiabilidad, lo que conocemos por el greenwashing o ‘ecopostureo’.

Estas prácticas se han trasladado al mundo financiero y empresarial. Ejemplo de ello son la investigación a DWS Group, por exagerar sus credenciales ESG (Environmental, Social & Governance, en inglés) en su cartera; BNP, al financiar como sostenibles proyectos vinculados a actividades ambientalmente dañinas, o H&M, que fue señalada por utilizar prácticas de greenwashing en su marco de financiación.

Según el Informe sobre el Greenwashing de la ESMA (European Securities and Markets Authority) se han observado dos tipos de prácticas: comunicaciones erróneas o mala conducta y las infracciones con requisitos específicos.

La ESMA destaca el bajo nivel de reclamaciones y la práctica ausencia de sanciones por parte de las autoridades de supervisión por la dificultad de determinar infracciones bajo un marco regulador con definiciones poco claras o ambiguas.

A nivel nacional la CNMV, en su informe anual de supervisión de la información no financiera, destaca la necesidad de describir con más detalle el desempeño de los diferentes temas en sostenibilidad y la elaboración de un estudio de materialidad suficientemente desglosado y definir claramente el alcance.

De las 126 compañías cotizadas supervisadas se solicitó información adicional al 18% de las empresas, y al 21% de las empresas se le formularon recomendaciones.

Esta situación se agrava cuando nos centramos en las empresas sujetas no cotizadas, donde se observan irregularidades en depósito en el Registro Mercantil, y la baja fiabilidad y transparencia en la información reportada, consecuencia de un marco legal ambiguo, ausencia de aplicación de sanciones, y sin una entidad de control que asegure el cumplimiento de la normativa.

 

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