Publicado en Economist & Jurist
El impacto de la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas: desafíos y posibles consecuencias para empresas y trabajadores en 2025.
A medida que transcurren los meses nos hallamos cada vez más próximos a la reforma legislativa que se acometerá previsiblemente en España, en estos últimos compases del año 2024. De esta forma, se modificará el art. 34.1 del Estatuto de los Trabajadores, reduciendo la jornada laboral ordinaria de 40 horas a 37,5 horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual. Esta medida, que fue uno de los bastiones principales del actual Gobierno en las últimas elecciones, actualmente se encuentra bajo negociaciones entre sindicatos, patronal y Gobierno, en una denominada mesa del diálogo.
Desafíos económicos y ajustes para empresas y trabajadores en 2025
En caso de que se acometa finalmente la mencionada reducción horaria, estaremos ante una de las reformas legislativas más relevantes de los últimos tiempos que se han realizado sobre nuestro ordenamiento laboral, por cuanto va a incidir directamente en los tiempos efectivos de trabajo de la generalidad de trabajadores que integran nuestro sistema productivo, reduciendo las jornadas máximas, a la vez que mantienen intactos los salarios de aquellos trabajadores que se encuentren en régimen de jornada completa.
Sin perjuicio de lo anterior, la reforma del art. 34.1 traerá también la regularización de facto de los contratos a tiempo parcial, modificando al alza los coeficientes de parcialidad, lo que se traducirá en un incremento retributivo en la misma proporción en aquellos trabajadores que presten servicios en virtud de estos contratos, ya sea en régimen eventual o permanente.
No solo producirá un incremento retributivo de trabajadores a tiempo parcial, sino que también aumentará retributivamente el salario de trabajadores que gocen de reducciones de jornadas, que no son pocos en nuestro país, habida cuenta de la popularidad de la figura contemplada en el art. 37.6 del Estatuto de los Trabajadores que otorga el derecho al trabajador de reducir la jornada cuando se tenga a cargo el cuidado de un menor de 12 años.
Este incremento retributivo producirá, a un ya asfixiado tejido empresarial, un incremento en los costes de producción, que sin lugar duda se verá reflejado en los precios de los bienes o servicios que las empresas ponen en el mercado, impactando de lleno en la desmedida inflación que en los últimos tiempos asola a España.
Llegados a este punto, la duda que nos surge es "¿Cuándo se va a implementar la reducción de la jornada laboral ordinaria para pasar de las 40 a las 37,5 horas semanales en cómputo anual? Y lo más importante, ¿cómo se va a acometer?".
En la actualidad son infinidad las dudas que asaltan no solo a las empresas que integran nuestro tejido productivo, sino a la totalidad de los agentes jurídicos que operan en España, teniendo en consideración que solo contamos con un borrador de anteproyecto de ley que en poco o nada clarifica la situación.