por Valentina Huelmo, supervisora en el departamento de Consultoria de RSM UY

Una mirada y análisis externos que buscan optimizar los resultados de las organizaciones

Naturalmente, con el objetivo de  crecer y obtener ganancias, las empresas enfocan sus recursos y estrategias en el incremento de venta de sus productos y servicios.

Pero sería interesante conocer qué sucede internamente y analizar si las distintas organizaciones son capaces de incrementar sus ganancias de forma proporcional a sus esfuerzos para conseguirlas.

Es habitual ver empresas que, independientemente de su tamaño, carecen de información de gestión o que la misma resulta insuficiente o poco oportuna, no conocen sus ratios de rotación de stock o las probables causas de enlentecimiento en las cobranzas, y otros tantos problemas producto de no monitorear su información financiera y operativa.

Asimismo, sumado eso a la ausencia de procedimientos de control, o, por el contrario, con procedimientos ineficientes o duplicados, estos y otros problemas suelen decantar en la clásica pregunta final: ¿por qué están bajando los márgenes de utilidad?

¿Cómo puede la consultoría generar valor en nuestra empresa?

Indudablemente, tal como lo manifestamos al inicio de nuestro artículo, una mirada externa, profesional y objetiva es vista hoy en día como un servicio necesario, y a veces indispensable, para aquellos negocios que buscan:

  • resolver problemas gerenciales y empresariales
  • descubrir y evaluar nuevas oportunidades
  • desarrollar planes sucesorios
  • poner en práctica los cambios para alinear a la organización en un mundo extremadamente dinámico, con el objetivo de mantener la alta competitividad

Este tipo de servicio, llevado a cabo de forma independiente, por una empresa con profesionales calificados y con experiencia en la materia, colabora en la identificación e investigación de los distintos aspectos que hacen a la vida de la empresa.

Puede existir un abordaje tanto desde el análisis de políticas, organización, procedimientos y métodos, pasando por una propuesta de recomendaciones a ser adoptadas, como la eventual prestación de asistencia para la implementación de las mismas o puesta en marcha del plan de acción definido.

El proceso de consultoría

Sin perjuicio de que cada proceso de consultoría es diferente y adaptable a las particularidades y necesidades de cada organización, podemos identificar generalmente las siguientes etapas:

  1. Relevamiento inicial para detectar cuales son las necesidades y establecer objetivos
  2. Planificar y confeccionar un programa de trabajo
  3. Obtener entendimiento del negocio y/o proceso de análisis
  4. Evaluar y diagnosticar la situación actual
  5. Proponer recomendaciones y/u oportunidades de mejora
  6. Colaborar en la definición de un plan de acción y asistir en la implementación del mismo

La ejecución del proyecto debe enfocarse siempre en la obtención de resultados que sean de utilidad para la entidad en cuestión y que vayan más allá de los procedimientos estándar.

Principales ventajas de un proceso de consultoría

Generalmente las empresas que se acercan a un servicio de Consultoría lo hacen buscando una solución a un problema del que no siempre se tiene certeza respecto a cómo o dónde se está generando, pero sí se aprecia que usualmente obedece al impacto en el deterioro de la rentabilidad de la entidad.

No obstante, en otros casos, las empresas pueden anticiparse a esta situación apuntando a la mejora de sus procesos internos (priorizando aquellos que resultan clave para su actividad), a la optimización de recursos (tanto humanos, como económicos e informáticos) y con el objetivo de adoptar una gestión más eficaz y eficiente, con la mira en el incremento de su nivel de rentabilidad.

En esta línea, la optimización y/o automatización de procesos se orienta, entre otras cosas, al rediseño de los mismos con el objetivo de reducir costos y mejorar la eficiencia, de forma que se obtenga el mayor rendimiento posible con el uso adecuado de los recursos existentes.

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