¿Quién no ha escuchado que las profesiones están mutando, y algunas incluso están desapareciendo, mientras emergen otras que hace solo unos años eran inimaginables? 

 

Hoy es común hablar del dominio de herramientas como los ERP, análisis de datos, automatización de procesos, computación en la nube, ciberseguridad, blockchain e inteligencia artificial, entre otros conceptos que impulsan la transformación digital. 

 

Estas habilidades no solo generan mayor eficiencia para los contadores y asesores, sino que también nos posicionan como agentes de cambio dentro de las organizaciones. Más allá de incorporar tecnología, el verdadero objetivo es lograr la tan deseada eficiencia operativa. 

 

¿Estamos evaluando correctamente los riesgos? 

 

Aunque todos destacan las bondades de incorporar tecnología, los riesgos no siempre son identificados ni gestionados adecuadamente. La transformación digital no solo implica adoptar nuevas herramientas, sino también entender los desafíos que conlleva, especialmente en el ámbito de la ciberseguridad. 

 

Beneficios clave de la tecnología en los negocios 

La implementación tecnológica bien planificada trae consigo numerosas ventajas: 

 

  • Automatización y eficiencia: Permite automatizar tareas repetitivas, reduciendo errores humanos y liberando tiempo para actividades estratégicas. Herramientas como la Robotización Automática de Procesos (RPA) revolucionan áreas como contabilidad, recursos humanos y atención al cliente. 
  • Análisis de datos: Plataformas como Power BI facilitan la interpretación de grandes volúmenes de información, mejorando la toma de decisiones y la planificación estratégica. 
  • Comunicación y colaboración: Herramientas como Microsoft Teams o Slack optimizan el trabajo en equipo, especialmente en entornos remotos. 
  • Experiencia del cliente: Los sistemas CRM personalizan interacciones, incrementando la fidelización y satisfacción del cliente. 
  • Reducción de costos: Soluciones tecnológicas eficaces disminuyen gastos operativos y optimizan recursos. 

Nuevos riesgos: un desafío inevitable 

Todo cambio viene acompañado de riesgos que deben ser gestionados. Entre los más comunes están: 

 

  • Ciberseguridad: Ataques de malware, ransomware y phishing que pueden paralizar operaciones, comprometer datos sensibles y generar pérdidas económicas significativas. 
  • Riesgos en la nube: Aunque la computación en la nube ofrece flexibilidad, es fundamental gestionar adecuadamente la seguridad y el acceso a datos sensibles, implementando medidas como encriptación y monitoreo constante. 
  • Cumplimiento normativo: Reglamentaciones como el GDPR exigen la protección de datos personales, con sanciones severas en caso de incumplimiento. 

Estrategias para mitigar riesgos 

Para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos, se deben implementar acciones clave: 

 

  1. Identificar y evaluar riesgos periódicamente. 
  2. Capacitar a los empleados sobre ciberseguridad y cómo identificar amenazas. 
  3. Desarrollar políticas de seguridad claras, incluyendo la gestión de contraseñas y el uso de dispositivos personales. 
  4. Implementar tecnologías de protección, como firewalls y sistemas de detección de intrusos. 
  5. Definir un plan de respuesta a incidentes para actuar rápidamente ante brechas de seguridad. 
  6. Lograr certificaciones, como la norma ISO 27001, para promover conciencia en las organizaciones.

 

La incorporación de tecnología transforma los procesos empresariales, impulsando eficiencia y competitividad. Sin embargo, para aprovechar todo su potencial, es imprescindible abordar los riesgos asociados mediante estrategias proactivas que protejan los activos de información y fortalezcan la confianza de clientes y partes interesadas.