por Agustina Oliveri y Nicolás Pellegrino.

El Reglamento (UE) 2023/1115 establece normas para la comercialización y exportación en la Unión Europea (UE) de productos asociados a la deforestación y degradación forestal, con el fin de reducir su impacto ambiental impulsado por el consumo europeo. Desde el 30 de diciembre de 2024, se prohíbe la entrada de productos como ganado bovino, cacao, café, palma aceitera, caucho, soja y madera a la UE, a menos que cumplan ciertos criterios de sostenibilidad y legalidad.


Los operadores deben garantizar que estos productos sean libres de deforestación, es decir, que no hayan sido producidos en tierras deforestadas después del 31 de diciembre de 2020, que respeten la normativa del país de origen, y que proporcionen una declaración de debida diligencia incluyendo la geolocalización de las parcelas donde se produjeron libres de deforestación. Asimismo, son necesarias pruebas e información verificable de cumplimiento de la normativa local del derechos de uso de los suelos y demás regulaciones. Además, la UE clasificará los países según su riesgo de deforestación y realizará controles de cumplimiento.


Los incumplimientos serán sancionados con multas, confiscación de productos y posibles prohibiciones de comercialización. La UE implementará una plataforma digital para el registro y control de la información antes de junio de 2028.


Uruguay se destaca por haber adelantado la implementación de un certificado que cumple con dicha normativa, lo que le permite acceder al mercado europeo sin obstáculos. Este sistema, basado en registros administrativos públicos, no genera costos adicionales para los productores y ha colocado al país como referente mundial.


Dicho reglamento tiene implicancias comerciales y notariales, ya que el certificado es necesario en operaciones inmobiliarias (arrendamientos y compraventas de inmuebles sub urbanos y rurales). Si un predio no puede obtener el certificado debido a la deforestación, su producción no podrá ingresar a la UE, a menos que se lleve a cabo un proceso de restauración forestal. Los escribanos deben asegurarse de que los clientes cumplan con estos requisitos para evitar pérdidas comerciales. El mencionado certificado no es un requisito para la inscripción de los contratos ni su omisión genera nulidad del acto, sino que la importancia radica en la implicancia comercial de la operación.   


El rol del escribano es clave no solo para la seguridad jurídica de las transacciones, sino también para asesorar sobre cómo cumplir con las normativas y proteger los intereses comerciales en este mercado regulado, ya que de no cumplir lo mencionado el producto no podrá ingresar al mercado europeo.


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